Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con una maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un lienzo https://saulzxto546052.dailyblogzz.com/39105662/qué-dijo-materazzi-del-cabezazo-de-zidane